España, como el resto del mundo globalizado, sufre un complejo proceso de transformación en todos los órdenes. Los cambios climáticos y la escasez de agua alteran el medio ambiente hasta límites imprevisibles. Las fronteras, cada vez más difusas, reciben un constante flujo inmigratorio atraído por la esperanza de un futuro más próspero, conformándose un entorno caracterizado por la convivencia multicultural. La población, con una esperanza media de vida en ascenso, presenta dos variaciones previsibles: el creciente número de ancianos con sus implicaciones médicas y sociales (dependencia), y el aumento de la población infantil constituida en parte por hijos de inmigrantes, en primera o segunda generación. Las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTICs) se extienden y generalizan con gran rapidez en ámbitos domésticos, comerciales, empresariales y administrativos, mejorándose paulatinamente en calidad las vías de transmisión de datos, cada vez más capaces, precisas y veloces.
En ese renovado contexto parece imprescindible una redefinición del tradicional concepto de trabajo y empleo, ahora más cualificado, polivalente y versátil, pero a la vez más inestable. Todo indica que algunas actividades conservarán su status aunque modificando sus formas, otras sufrirán un inevitable retroceso (incluso desaparecerán) y otras tendrán un ascenso en función de las nuevas necesidades que van surgiendo. Serán los “trabajadores de la información y el conocimiento”, sustitutos de aquellos obreros de la sociedad industrial.
En la “sociedad de la información” canalizada a través de las NTICs tendrán especial importancia aquellas actividades dirigidas a establecer puentes entre las fuentes de información y los usuarios de las mismas, por lo tanto es previsible un auge en profesiones propias de la nueva alfabetización digital que ha de avanzar paralela al imparable desarrollo tecnológico. Documentalistas, informáticos, economistas, entre otros profesionales, gozarán de creciente protagonismo, si bien han de reconsiderar sus funciones de la actualidad. También los educadores tendrán su papel relevante en la nueva sociedad, aunque sea para ello necesaria una profunda reestructuración del sistema educativo, del curriculum y de los roles asociados a las nuevas competencias profesionales que habrán de asumirse en un escenario distinto, en permanente renovación. En la configuración de los nuevos planes de estudio que derivan del “Espacio Europeo de Educación Superior” (EEES) se han previsto para los estudios de Magisterio las especialidades de educación Infantil y primaria como estudios de “grado”, y se contempla la creación de nuevas plazas de profesores en respuesta a una población con tendencia al crecimiento debido a la inmigración. Estos nuevos planes académicos necesitan incorporar conceptos audaces y estrategias prácticas para hacer frente con garantías a los retos que plantea la multiculturalidad y la interculturalidad; pero también demandan una formación para el uso didáctico y tratamiento de las nuevas tecnologías, tanto en ambientes formales como no formales.
por Antonio Lorenzo Tena
Tal y como señala Antonio la entrada en el EEES va a contribuir a redefinir los actuales sistemas de estudios y con ellos multitud de carreras sufrirán variaciones. También señala que se producirán cambios en algunos trabajos y que incluso algunos desaparecerán.
ResponderEliminarQuiero centrar vuestro interés en recalcar que aunque bien la profesión de informático seguirá constituyendo una de las salidas profesionales más demandadas y con más importancia en la "Sociedad del Conocimiento" con las modificaciones introducidas en España para el sistema educativo esta ingeniería desaparecerá del currículo oficial de titulaciones de grado. Relegándose su participación a un título no oficial que podrán impartir las universidades que lo deseen con las materias que ellas estimen convenientes. Por tanto, se relega a un segundo plano la figura del informático y paradojas del destino en la "sociedad del conocimiento/información" española en la que parece debería de tener su auge esta figura se le despoja de su importancia faltando al respeto a los ingenieros informáticos, a ésta titulación (hasta ahora oficial) y también a la sociedad. Cosas como ésta sólo pueden ocurrir en España.